El avión aterrizó a las 2 y 46 de la madrugada en el aeropuerto de la Paz, con una hora de adelanto. Me vino a recoger el jóven padre Franciscano Hugo Carrasco.
Al salir del avión noté las consecuencias de los 3.600 metros de altitud a los que se encuentra la Ciudad de la Paz. Tuve que reducir un poco la marcha y pronto me adapté a la altura.
Hugo me ubicó en el precioso convento de los Franciscanos
Hoy, día de medio fiesta, de descanso y de visitas
Mercado
Claustro del museu de los Franciscanos
La preciosa Basílica de San Francisco
Vista parcial de la ciudad con el mercado popular
No hay comentarios:
Publicar un comentario